Experimentar la arquitectura

 

…, no es lo mismo entender la arquitectura que ser capaz de determinar el estilo de un edificio por algunos rasgos externos. No basta con ver la arquitectura; hay que experimentarla.  Hay que observar cómo se proyectó para satisfacer un cometido especial y cómo se adaptó a las ideas y al ritmo de una época específica. Hay que vivir en los espacios,  sentir cómo se cierran en torno a nosotros, observar con que naturalidad se nos guía de uno a otro. Hay que ser consciente de los efectos de la textura, descubrir por qué se utilizaron precisamente esos colores, y cómo la elección dependió de la orientación de esos espacios en relación con las ventanas y con el sol. Dos viviendas, una encima de otra, con habitaciones de dimensiones exactamente iguales y con los mismos huecos, pueden ser totalmente distintas sólo por las cortinas, el papel pintado y los mueblen. Hay que experimentar la enorme diferencia que produce la acústica en nuestra concepción del espacio: la forma de propagación del sonido en una enorme catedral, con sus ecos y reverberaciones prolongadas, comparada con una pequeña habitación revestida con paneles de madera, bien acolchada con tapices, alfombras y cojines.

 

Experiencia de la arquitectura.

 

En 1957 se publicó en lengua danesa y en 1959 en lengua inglesa el libro titulado Experiencing

Architecture del autor Steer Eiler Rasmussen

 

La traducción de este título al español es Experimentar la arquitectura. El empleo de un verbo -experimentar- en lugar de un sustantivo -experiencia- da un giro significativo al contenido del libro, pues se califica la experiencia como una acción, no como un acontecimiento singular.

 

El objetivo de Rasmussen es el de dar a conocer a un público amplio una serie de instrumentos para el entendimiento y disfrute de la arquitectura. Para ello señala y describe aquellos valores que le son inherentes: sólidos y vacíos, planos de color, escala y proporción, ritmo, texturas, luz, color y sonido. Según Rasmussen son estas las propiedades de la arquitectura que se experimentan al estar en ella, recorrerla y analizarla. El siguiente párrafo es ilustrativo de la idea de Rasmussen:

 

"Entender la arquitectura, entonces, no es lo mismo que determinar el estilo de un edificio por ciertos rasgos externos. No es suficiente ver la arquitectura, debe experimentarse. Debe apreciarse cómo fue diseñada para un propósito especial y cómo corresponde, armónicamente, con el concepto y el ritmo de una época específica. Se debe habitar en sus recintos, sentir cómo nos encierran, como conducen naturalmente hacia otros. Se debe ser consciente de los efectos de textura, descubrir el por qué fueron escogidos esos colores y cómo la elección tuvo que ver con la orientación del recinto hacia las ventanas y el sol. Se debe experimentar la gran diferencia que la acústica crea en la concepción del espacio: la manera como el sonido actúa en una enorme catedral, con .sus ecos y prolongadas reverberaciones, comparada con un pequeño espacio recubierto por paneles y repleto de colgaduras, alfombras y cojines".